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Alan Mac Carthy: “El emprendedor tiene que aprender a vivir con incertidumbre constante”

Por Sol Uriburu


Hace dos meses el Club Más de la Universidad Austral organizó una charla virtual protagonizada por Alan Mc Carthy, socio fundador de la fintech Front. Durante una hora, Alan explicó de qué se trata este mundo fintech que está creciendo globalmente y de manera exponencial. También indagó en su visión sobre la industria relatando su experiencia personal, no solo en el sector fintech sino en su trayecto como emprendedor.


Para los oyentes de la charla fue inevitable sentir cierto grado de admiración y curiosidad ante un anfitrión de tan solo 29 años que contaba acerca de su emprendimiento, del esfuerzo que conlleva crear una empresa desde cero y de los desafíos que, en su caso, se ven multiplicados por la situación económica del país. Para indagar un poco más en su trayectoria y su visión, el Club Más decidió entrevistar al joven emprendedor que se animó a abandonar la relación de dependencia con reconocidas financieras mundiales para crear Front, uno de los startups que hoy busca ser protagonista en la industria de las fintech en Argentina.


Alan estudió economía en la UCA y, junto a su hermano y un compañero de la universidad, creó Front, una aplicación que ayuda a las personas a ahorrar e invertir con base en sus objetivos de ahorro. Foto: Twitter.

Contanos un poco acerca de tu recorrido universitario y laboral. ¿Cómo surgió Front? ¿Cómo viviste la diferencia entre trabajar en una empresa tan grande como lo es JP Morgan y crear tu propio emprendimiento?


Estudié economía en la UCA, donde conocí a uno de mis socios, Fabián. Nos hicimos muy amigos ya que los dos somos aficionados de la magia, y comenzamos un curso juntos en la escuela de un reconocido mago argentino. Siempre nos gustó crear cosas sorprendentes y los nuevos desafíos, y crear una aplicación para ayudar a ahorrar en Argentina tiene un poco de ambas.


Cuando terminaba la carrera, empecé una pasantía en JP Morgan. De la pasantía pasé a trabajar full time ahí. Mi puesto estaba muy especializado en la industria Oil and Gas. Después estuve un tiempo en una sociedad de bolsa local llamada Puente mientras iba creando Front, y llegó un momento en el que eran incompatibles ambas cosas por una cuestión de tiempo.


Renuncié y arranqué, como la gran mayoría de emprendedores, a base de ahorros y una planilla de Excel. Después entró el primer inversor y el segundo, y así fue creciendo de a poco. Tuvimos algunos premios y reconocimientos que convalidaron el proyecto y le dieron un importante lugar en la prensa.


La gran diferencia entre trabajar en una empresa y en un emprendimiento es que al principio el emprendedor tiene que hacer todo: manejar desde la redes sociales hasta la planilla de gastos, la parte de legales, etc. Es ir armando la “casita”; después se va sumando gente y ahí se va haciendo un poco más fácil. El emprendedor tiene que aprender a vivir con incertidumbre constante. Es un camino de nunca llegar, porque nunca estás satisfecho en donde estas.


Si estuvieses hablando con un estudiante que quiere empezar su emprendimiento en esta industria, ¿por dónde le recomendarías que empiece?

La primera recomendación para empezar es justamente empezar, es animarse a hacerlo. Hay que tener, eso sí, una idea clara, una necesidad concreta, identificar un problema que pueda llegar a resolver la plataforma. Hay que encontrar comparables ya que es muy difícil inventar algo totalmente nuevo. Muchas de las ideas que uno tiene ya existen en otro lado, entonces poder tomar esos comparables siempre es bueno para validar el hecho de que la idea haya funcionado en otro lado y que pueda funcionar acá en Argentina. Darle forma buscando un comparable afuera es importantísimo.


Y obviamente tener, si uno quiere lanzar una empresa de tecnología, la pata tecnológica dentro del equipo. Eso es algo que nosotros aprendimos con el tiempo. Nosotros teníamos tercerizada la parte de tecnología y después, cuando se unió mi hermano -que es ingeniero informático de la Universidad Austral- logramos darle un push bastante importante a la mecánica que tenía el equipo. De cara a los inversores y de cara al proyecto, la tecnología es propia. Entonces, si vas a tener una empresa de tecnología, lo mejor es tener un socio tecnológico.


Fuente: iPro UP.

¿Qué consejo le darías a un joven emprendedor, independientemente de la industria? ¿Qué es lo que te alienta a seguir emprendiendo a pesar de la situación económica del país?


Independientemente de la industria mi consejo es perseverar. Sé que esa frase es un cliché, pero perseverar es fundamental. Muchas veces las cosas no van a salir como uno quiere y al principio cuesta verlo, pero la clave es arrancar, empezar a crear. Ya sea crear un Powerpoint para presentar la idea, empezar a pensar el logo, empezar a diseñar el modelo de negocios, plasmar el proyecto en papel para poder verlo, tocarlo. Esto es fundamental, porque es lo que te alimenta todos los días para creer que hubo algo que pasó. Evitar los cafés, los eventos, y que haya más de ponerse a trabajar y tener feedback rápido. Si uno tiene una idea está bueno contarla rápido, no tener miedo de compartirla, porque la gente a la que se la transmitas serán los que primero te darán feedback.


A pesar de la situación del país, lo que nos sigue motivando es que, si bien obviamente hay situaciones adversas en algunos puntos, eso también puede ser positivo. La Argentina tiene una muy buena base de emprendedores destacados en el mundo, así que siempre hay cosas buenas. Lo que no mata te fortalece y eso siempre es importante de recordar.


Para alguien que está empezando a cobrar su primer sueldo y quiere ahorrar pero no sabe mucho sobre finanzas personales, ¿por qué le dirías que invertir es una buena opción?


Para los jóvenes es fundamental empezar a invertir desde temprana edad, ya que las inversiones se pueden preservar en el tiempo. Es un hábito que es bueno tener. Cuando uno tiene un backup de ahorros, uno tiene la tranquilidad y la seguridad de que si en algún momento, por ejemplo, quiere emprender, tiene la plata disponible como para hacerlo. Es un hábito muy útil aunque los resultados puedan ser buenos o malos. Si estamos pasando una crisis y necesitás un respaldo, está bueno que la inversión esté protegida de la inflación. En mi caso, yo venía ahorrando todos los meses y me pude crear ese “chanchito de ahorro” para comenzar Front. Estuve un poquito más de un año sin cobrar sueldo por haber renunciado a mi ex trabajo. De eso se trata, de invertir para tener más libertad.


Fuente: Enzyme Advising Group.

¿Cuáles son los principales desafíos a los que te enfrentás en la industria de las fintech en Argentina?


En términos macro lo veo por el lado de la estabilidad. Hay un segmento en que las fintech quizás no pueden estar siendo 100% efectivas, como lo es la parte de financiamiento, ya sean para working capital o para poder generar inversiones. Creo que para este sector, debido a las altas tasas, la volatilidad y la inflación, hay un desafío importante. A nivel humano, creo que es fundamental que los grandes jugadores de la industria sean escuchados, que tengan su lugar y que puedan romper algunos paradigmas y mover algunas bases para que a nivel normativo sean incluidos y no excluidos.


Eso es en cuanto al lado regulatorio. Por otro lado, el gran desafío que presenta la Argentina es el tema del efectivo. Se sigue usando, pero claramente la industria fintech y otras grandes compañías vienen a romper eso y a motivar el uso del dinero virtual.


¿Creés que la industria fintech en Argentina tiene el potencial de desarrollo que ha tenido en Brasil y México? ¿Ves más probable el crecimiento en el corto o largo plazo?


Sí, obviamente es un mercado más chico, pero creo que tiene el potencial. Creo que son cosas que ya llegaron para quedarse: el tema de los bancos digitales, las transferencias o la carga vía tarjetas prepagas. Estas son cosas con las que difícilmente se pueda volver para atrás.Esto ya viene pasando en otros países; en Europa y Estados Unidos principalmente, pero en China también. Creo que la tendencia viene en crecimiento y la oportunidad de desarrollo está presente, siempre y cuando, como dije antes, el clima para invertir y la condición macro mejoren. Si se dan estas condiciones, la industria fintech va a tener más impulso.


Estando en constante contacto con la suba y baja del mercado de las acciones, ¿qué predicciones a futuro podés darnos sobre lo que ocurrirá con las empresas en Argentina, durante y después de la crisis por el coronavirus? ¿Y a nivel mundial?


Lo que se ve es un mercado mundial con un exceso de dólares, un mercado muy líquido. Muchas veces este tipo de crisis te demuestra qué es lo que realmente vale en algunas cuestiones. Obviamente las empresas de tecnología tuvieron un incremento en el valor, porque realmente son las que tienen toda la infraestructura de los datos, y los datos valen mucho. Nosotros a la hora de invertir recomendamos diversificar entre distintas compañías de distintas industrias. Claramente las industrias al principio estaban en shock por la pandemia, pero después cada una se fue dando cuenta de qué tanto les podía impactar y cómo se podían adaptar a esa nueva realidad. Va a haber cambios totales en lo que es modalidad de trabajo, y ahora se ve la importancia de tener un buen lugar para trabajar desde casa. También creo que va a haber bastante movimiento en el mercado inmobiliario. Acá en Argentina hay que ver cómo se resuelve el tema de la deuda y de qué manera el gobierno puede generar la confianza y bajar la inflación, que son las dos claves para volver a tener crecimiento económico. Estamos muy atentos a esas dos variables: ver qué pasa con la inflación y con la confianza del empresario, que es el que tiene que invertir en la era poscoronavirus.




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