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Vida y trabajo: cómo balancearlos a través del Design Thinking

Actualizado: 5 may 2020

Naturalmente, se hace una división entre la vida y el trabajo, como si uno no fuera parte del otro. Esta dicotomía hace difícil lograr un balance adecuado entre la vida personal y la profesional. El rediseño de la propia realidad puede cambiar eso.


Por Daniela Minotti

Conseguir equilibrio en la vida conduce a una experiencia saludable.

Hoy, con el aislamiento social, preventivo y obligatorio, medida adoptada por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus, el balance entre la vida y el trabajo se ha vuelto un desafío aún mayor, ya que ahora ambos conviven en el mismo espacio: el hogar. Esto lleva a que la capacidad de equilibrar los diferentes aspectos de la vida tome más relevancia aún. Y para lograr esto hay que dejar de lado esa dicotomía de trabajo y vida, porque con esa mentalidad, si un lado crece, el otro decrece, y no se llega a un resultado óptimo.


Design thinking (DT) refiere a la forma de pensamiento que tienen los diseñadores. Es una herramienta flexible que se enfrenta a los problemas, a partir de un punto de vista distinto al convencional. No se trata de resolver el problema, sino de la manera en que se lo resuelve. Pero ¿cómo se puede aplicar el DT para balancear la vida personal con la profesional? Bernard Roth, profesor de la Universidad de Standford, sostiene que toda persona puede reinventarse, y que el Design Thinking ayuda con eso.


Cualquier persona puede aplicar esta herramienta a su vida porque, como lo explica la fundadora de la web Design Thinking en español, Rocío García Ramos, en una entrevista al diario El Mundo, no se trata solo de una herramienta, sino de una actitud, una forma de pensamiento. Esta metodología puede ayudar a alcanzar objetivos y generar hábitos saludables. El Design Thinking tiene cinco etapas, esquematizadas por el empresario David M. Kelly, que se deben considerar: empatizar, definir, idear, prototipar y probar.


Empatizar

Se debe empezar por la introspección, lo cual supone empatizar con uno mismo: detenerse un instante para entender los propios sentimientos. Así lo explican Bill Burnett y Dave Evans en el libro Designing Your Life: How to Build a Well-Lived, Joyful Life. Si la persona se siente abrumada debe observar los sentimientos que surgen con cada actividad y cada interacción.


También ayuda mirar un poco a otras personas, ver cómo consiguieron sus objetivos, de qué manera se organizan y qué sentimientos experimentaron al llevar a cabo dicha actividad. Es útil buscar referentes, personas que ya han conseguido lo que se buscar lograr, para reconocer las dificultades que enfrentaron y cómo las superaron, ya que sirve como motivación.


Las relaciones satisfactorias impactan positivamente en la salud.

El significado en la vida se vincula con las relaciones interpersonales. Este hecho resalta la importancia de empatizar con uno mismo, para que luego la persona pueda definir cómo se maneja en el mundo. La reflexión ayuda a organizar y entender mejor los sentimientos que se experimentan.


Definir

La siguiente etapa es la definición del problema. Hay que preguntarse cómo rediseñar la realidad emergente llamada vida. Así lo explica Bill Burnett, co-fundador del Standford Life Design Lab. Él entiende que el primer paso, incluso antes de la empatía, es aceptar que hay un problema sobre el que se tiene que trabajar. Cuando uno reflexiona sobre sí mismo, lo que queda es la definición.


Esta parte quizás resuene mucho en los estudiantes que están por ingresar en el ámbito laboral. Siempre, en algún momento de la vida, surge la pregunta "¿qué querés hacer cuando crezcas?". La manera en la que está compuesta esta frase da a entender que el viaje es lineal, que se crece, se es algo y no hay nada más. Y que la persona es capaz de ser solo una cosa. Son esas limitaciones lo que lleva a que el Life Design Lab postule una alternativa a esa pregunta: “¿Hacia dónde querés crecer, a medida que tu diseño de vida se desarrolla?“


Idear, prototipar y probar

En la ideación hay que tener muy presente el objetivo. El concepto de felicidad siempre surge, pero es problemático, por ser muy exigente y abstracto. La psicología positiva lo ve como un concepto muy pequeño. Como alternativa, aparece la idea de bienestar. Desde esta perspectiva, se pueden idear soluciones alcanzables.


Y ¿cómo se puede prototipar aquello que contribuye al bienestar? Hay muchas maneras. Lo que se podría aplicar es el modelo P.E.R.M.A., como lo explica el psicólogo Martin Seligman en su libro Flourish. Se trata de considerar cinco cuestiones:


1. Las emociones positivas: consiste en aumentar las emociones positivas del pasado, el presente y el futuro.

2. El compromiso y la motivación: uso de las fortalezas para tener experiencias óptimas, que estimulen el Flow (experiencia de energía positiva).

3. Las relaciones: dedicar tiempo a aquellas relaciones que estimulan sentimientos de apoyo y acompañamiento.

4. El significado y el propósito: refiere al sentido de la vida, que puede ir más allá de la persona.

5. El logro: establecer metas que se puedan cumplir y motiven a la persona.

Entonces, cuando se está rediseñando la vida, la persona puede detenerse y reflexionar sobre su P.E.R.M.A: ¿siento disfrute y gozo? ¿estoy abierto al mundo? ¿me conecto con los demás? ¿siento que soy parte de algo más grande que mi persona? ¿he terminado lo que me he propuesto hacer?

Mantener un journal con las anotaciones del modelo P.E.R.M.A. puede ser útil para ver el cambio que se va dando.

Claro que de estas reflexiones se puede volver un paso atrás e idear nuevos cambios. La flexibilidad del Design Thinking lo permite, porque a pesar de que se presentan cinco pasos, estos no son lineales, sino que funcionan como un ciclo. Lo que queda es la prueba y el error, para saber qué funciona y qué no.


Aquello que se balancea

Chris Simamora, integrante del Life Design Lab, y Bill Burnett explican, en el seminario online Reimagining Your Work-Life Balance de la Universidad de Standford, dictado en febrero de este año, que la vida es multidimensional. De esta se debe considerar, a la hora de balancear, cuatro cuestiones: las relaciones, el trabajo, la salud y el juego. Pero antes la persona debe reflexionar sobre qué es para ella el balance.


La salud y el trabajo de por sí tiene un peso importante, pero un aspecto que no hay que olvidar es el juego: la forma en que todo niño explora el mundo. Además de su impacto positivo en lo cognitivo, en las capacidades sociales, en la regulación emocional y en la educación, el juego es una herramienta que ayuda a sentir lo significativo de la vida. Estimula la adaptabilidad y la creatividad.


La importancia del juego radica en el hecho de que se trata de hacer algo solo por el deseo de hacerlo. Y cuando se pierde eso, se tiene cierto desequilibrio. El Life Design Lab propone medir los cuatro componentes mencionados en una escala que va de un tanque vacío a uno lleno de combustible. Y se tendrá más o menos gasolina no por el tiempo que se le dedica a cada componente, sino por cómo la persona se siente en cuanto a ellos.


Después de analizar qué medida se tiene para el trabajo, las relaciones, la salud y el juego, se pueden idear cambios en la vida, por más pequeños que sean, para que se obtenga un impacto positivo y, con ello, una sensación de control. Con el Design Thinking la persona puede rediseñar su vida, a partir del balance entre estos cuatro aspectos.



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